Me invitan un par de fotos para evocar a
Titón en este “vehemente” y “conferenciado” abril habanero y el décimo
aniversario de su fallecimiento.
“Aquí todo sigue igual… La Habana parece una
ciudad de cartón. Así de pronto es como una escenografía”- dice Sergio desde su
balcón del Naroca y mirando por el telescopio en la colosal “Memorias del
subdesarrollo”. “¡Esta humanidad a dicho BASTA y ha echado a andar!... ¡Ay
compadre, y como Laura, no va a parar hasta Miami!”- cierra su tesis y muere el
pajarito que se encontraba en cautiverio. Lo deja caer solemnemente al vacío.
Neorrealismo italiano a pulso en las manos de un maestro.
Corte.
Pero de cualquier manera La Habana es
in/fotografiable. Demasiado tentadora para cualquier lente, inabarcable,
exuberante, desborda. Ni Julio Cesar hubiera podido con ella. Roma debe ser más
fácil de resolver en una sesión improvisada de instantáneas en el Coliseo; o
con la Estatua de la Libertad en su porción de tierra hubiera bastado, quizás
no tanto en la destellante Gran Manzana Neoyorkina, pero si en Paris con la
Torre Eiffel al fondo. Si estuviste en Francia sabes que esa foto es la
evidencia.
Igual estimula exagerar de vez en cuando, y
mejor si se trata de esta vetusta y añorada ciudad tropical que antaño cerraba
las puertas de su muralla a las 9pm; Y hoy lo del cañonazo no es más que una
atracción turística vestida a la soldadesca inglesa con sombreros de tres picos…
¡Si Pepe Antonio se entera, renace como Mackandal en “El reino de este mundo” y
entonces La Habana cabria en Guanabacoa! Definitivamente.
Y cuando vas a retratar a La Habana te das
cuenta de que la vida no te alcanza para sujetarla encuadrada.
Corte.
Tampoco Sergio- el personaje de “Memorias…”-
quiso irse durante la Crisis de los Misiles. “Yo ni masco chicle, ni me afeito
con Gillette”. Renunció a ir detrás de Laura y su “barriga llena de frijoles
negros, a hacerse la fina”. Más bien quería escribir un libro sobre lo que AQUI
iba a pasar. ¿Quién iba a decirnos lo que AQUI no ha pasado?
Claro, también le aterraba el desarraigo. El
desarraigo cala muy hondo en los cubanos y jode y desespera y duele y también
te recuperas y “Dale agua a ese dominó/que se te va la vida”- dice mi amigo
Albertico Pujol ahora desde Miami pero con la cocina y su cultura cubanísima a
cuestas en Youtube y unos pimientos rellenos que valen un millón de pesos. Más
explosivos que TN3 subiendo el rating con su presencia, la de Ramoncitin, Yori,
Boncó, ¡Pible!, Zajaris, Roxana, otros buenos colegas del terruño y Carlos como
ejemplar anfitrión del 41 y la entrega del Paquete Semanal en la Habana. Es
interesante.
Ahora hay otro Paquete Semanal que viaja
desde La Habana hasta Miami y se lleva hasta el noticiero, y por si fuera poco,
también las transmisiones- ¡las narraciones!- en vivo de la maltrecha Serie
Nacional de Beisbol. Por cierto, para los Industrialistas la noticia de la
visita del Duke Hernandez a Cuba ha venido como un bálsamo después del
escándalo ante los Tigres del Ciego de Ávila.
Corte.
Son días de “muela” en Cuba. Hay “muela” de
todo. Como siempre. Siempre son días de muela. Somos así los cubanos. Hablamos
de todo y todo el tiempo damos muela. ¿Quién se atreve a callarnos? “¡Ni debajo
del agua se callan estos cubanos!”, me dijo Cañizares (ex jugador del FBC
Barcelona de visita en Cuba) y es totalmente cierto. No cabe la menor duda. Nos
apasiona dar muela.
De Madrid a La Habana se gestan tremendas
muelas por email y Facebook entre cubanos. De cualquier parte del mundo y en
Cuba el Parque señalado con WiFi. En Miami muchos eligen a “cuballama” y a casi
nadie le da tiempo despedirse porque hablando y hablando se acaba el crédito. Con
lo importante que es tirar ese beso por teléfono. Bueno, es un poco ridículo
también pero no deja de ser EL beso. Del lobo un pelo en la distancia. La
distancia es cruel entre y para los cubanos. Nadie quiso irse nunca del país
donde nació.
Sergio se quedó solo en Cuba durante la
Crisis de los Misiles sin poder escribir ‘De pie y descalzo’ como Hemingway en
la Finca Vigía. “Cazaba en África, escribía en este lugar, tenía un criado
negro y pescaba en el Caribe… este Hemingway debió ser un tipo insoportable”- se
dice mirando la cabeza de un animal colgada en la pared de la fabulosa vivienda
de San Francisco de Paula.
“El americano tiene razón” <<Los
cubanos dicen que esta revolución es autentica”>> piensa en otro momento
de 1961. “¿Entonces, porqué siguen haciendo Mesas Redondas con un panel detrás
de un buró, lejos de donde se sienta la gente?”- concluye caminando “pensibajo
y cabiztivo” bajo un fuerte oleaje que levanta el malecón habanero.
Corte final.
Epílogo.
Hay que volver a ver “Memorias…” para entender
la “muela” que damos los cubanos.
La Habana. Abril 2016.
Por. Alejandro Palomino.